Por Noelia Fajardo
En las calles de Arabia y Bella Flor habita Margarita, sus estrellas y el pájaro azul de los sueños. Margarita y las estrellas
fue nuestro primer libro publicado en el año 2019, una historia que nos habla sobre la importancia de oír la voz interior que guía cualquier deseo humano a través de las vivencias de una niña de nueve años que desea conocer el significado de la palabra estrella. Meses después, retumba el eco de las risas, el canto, la historia y los gritos de los niños al jugar entre los muros del Colegio Distrital José María Vargas Vila.
En diciembre del 2020, tuvimos la oportunidad como editorial y como ciudadanas de llegar a compartir y ser acogidas por dos comunidades muy especiales en Ciudad Bolívar. Sin saber quienes éramos o por qué estábamos ahí, desde los más jóvenes hasta los más viejos se sentaron alrededor nuestro. Reunidos como las hojas de un bosque que se elevan con el viento creando esa misma atmosfera mágica que nos brinda la literatura. Curiosos de oír una historia desconocida, narrada por unas personas que jamás habían visto, con ojos de ilusión y oídos dispuestos a atrapar cada palabra que pronunciábamos y que parecían escaparse en el amplio cielo que caracteriza a esta localidad por la ausencia de edificios que encajonan hasta el más mínimo susurro.
Fue así que logramos nuestro primer acercamiento, por medio de una de las herramientas más poderosas que tiene el hombre: la oralidad. En un inicio todo parecía imposible, no sabíamos como lo íbamos a lograr, solo teníamos la ilusión de poder compartir la valentía que tuvo Margarita para poder descubrir el camino que le prometía el mundo onírico noche tras noche. A punto de lanzarnos a lo desconocido, al igual que Margarita, guiadas por una voz interior que nos mostraba solo una parte del camino, logramos una alianza inesperada con La Secretaría del Hábitat. Por medio del proyecto Calles mágicas logramos organizar toda la parte logística para volver tangible esta idea. Sin la experiencia o el reconocimiento que tendría una fundación que día a día se desarrolla en las causas sociales, logramos por medio de la virtualidad y el abismal alcance de las redes sociales reunir casi diez millones de pesos para completar más de 300 mercados y 400 juguetes que fueron entregados junto con los 300 libros de la editorial.
Fueron más de dos meses de trabajo en equipo entre ilona libros, la Secretaría y todos los voluntarios y donantes que quisieron unirse a este sueño. Visitamos las comunidades, hablamos con los líderes sociales para convocar a las familias, dibujamos, cantamos y pintamos las calles para recordar que el vinculo que se crea a partir de la lectura y el juego es inagotable. Y finalmente fueron ellos quienes nos dejaron el mensaje más prometedor, dejando sus obligaciones y sus trabajos por un rato para compartir con nosotros, nos dieron la oportunidad de tener una voz entre todos ellos, nos abrieron las puertas de sus casas, nos brindaron alimentos, pero el regalo más grande que recibimos fue su tiempo y sus sonrisas. Descubrirnos como iguales fue más simbólico que una palabra de agradecimiento, identificar que algo tan sencillo como un cuento infantil nos convierte en niños a todos nuevamente, sentados en el suelo, silenciosos ante el misterio de la narración, dejándonos envolver por la misma ilusión que nos caracteriza en la infancia, esa que nos permite soñar con imposibles, esa que no nos deja rendirnos a pesar de la hostilidad de la vida, esa que nos hace levantarnos cada mañana a forjar ese destino que nos prometimos antes de dormir.